LA CARRERA 8: LA ZONA ROSA DEL SUR
Cuando me mude a los 9 años al Boulevard de la 8 en el Barrio Las Palmas en el año 1968 era un romanzo de paz sonora que paulatinamente fue aumentado sus decibeles con la transformación que fue ocurriendo a sus calles que permitieron que el tráfico se incrementara en el sector lo que permitió que algunos vecinos con sus tiendas cantinas como La Estación, que fue la primera que existió en el sector, dieran rienda suelta a la música con traganíquel en sus inicios y luego a los grandes aparatos sonoros como los picos.
La canalización del arroyo de la carrera 8 que fue un punto de partida para la apertura de esta importante vía hacia la calle 30 hace mas de 30 años permitió que barrio como el Tayrona floreciera en su extremo oriental y en el extremo occidental hacia la calle 45 los barrios Alboraya y el Campito crecieron permitiendo mayor afluencia de ciudadanos con deseo de divertirse.
Los primeros estaderos que existieron en la
carrera 8 fue el Apolo 11 ubicado en los que hoy es un Pico Rico el cual desapareció
con la muerte de su dueño Marcial hace más de 40 años y La Estación, con más de
50 años de fundada, su primer dueño fue Saulo Blanco que lo vendió a Gilberto
Jiménez y esta a su vez lo arrendo a su dueño actual desde 2009, Nelson Fontalvo,
quien lo posiciono a partir del 2006 bajo arrendamiento hasta ser Patrimonio Cultural y Musical de Barranquilla
en el 2010, ubicado en la carrera
8 # 35 - 04 esquina, al frente de la casa de mis padres, un sitio emblemático
de la ciudad por su ambiente salsero y tropical y la presentaciones en vivo de
agrupaciones y cantantes famosos ya es una tradición. Otro estadero muy famoso
que existió fue Salsa 8 pegado al barrio Tayrona.
Los negocios de comidas, billares y de juegos de azar también se han hecho presente en esta importante vía. Jugar billar no es mi fuerte, pero si el domino, una pasión que siempre se mantiene.
Lo peor para los moradores del sector, no es solo la “bulla”, la
inseguridad y los conflictos ocasionados por bebidas alcohólicas y alucinógenos
tienen en jaque a la comunidad.
Pero los males no solo llegan ahí, también la extorsión de las bandas delincuenciales organizadas que afecta a todos los negocios, incluyendo a los llanteros, es para ripley.
El futuro de la Carrera 8 en el Barrio Las Palmas dependerá de la capacidad de la comunidad y las autoridades locales para gestionar el crecimiento y el desarrollo de manera equilibrada. Las políticas urbanas y las iniciativas comunitarias serán clave para preservar el patrimonio cultural y mejorar la calidad de vida de los residentes, mientras se aprovechan las oportunidades económicas que trae consigo el entretenimiento.
En resumen, la transformación de la Carrera 8 en el Barrio Las Palmas es
un reflejo de los cambios urbanos y sociales que pueden ocurrir en una
comunidad a lo largo de décadas. A través de la adaptación y la colaboración,
es posible encontrar un camino que beneficie a todos los involucrados,
manteniendo el espíritu del barrio mientras se enfrenta a los retos del
progreso.
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