miércoles, 16 de julio de 2025

RECORDANDO A LOS PROFESORES DEL LIMON.

RECORDANDO A LOS PROFESORES DEL "LIMON".
Por Edgardo Aguilar Hernández. Medico SGSST.

Apelar a la memoria después de 47 años es sin duda una labor titánica que a veces nos deja perplejos con la interacción de las mentes con otros compañeros, de eventos como recordar los profesores que formaron parte de nuestro saber académico en el bachillerato. Hay algunos docentes que jugaron un papel crucial en nuestro aprendizaje con más impactos que otros, como el docente de español Ariel Castillo, sin duda un educador de muchos pergaminos en el mundo de Miguel de Cervantes Saavedra , con su estilo para indagar por la respuesta que quería escuchar de los alumnos en los talleres de temas de literatura, con su juego de  preguntas puntales hasta llegar a que el alumno diera la  respuesta correcta y así cumplir con la obtención de la nota calificadora para aprobar el pensum de la materia. La forma como nos motivaba para leer los libros de la literatura universal de forzoso aprendizaje como la Ilíada de Homero, Pedro Paramo de Juan Rulfo y el mejor La Metamorfosis de Frank Kafka, destaca por su estilo único y su capacidad para generar una reflexión intensa sobre la condición humana en un mundo moderno y opresivo.  Todavía guardo en mi memoria la evaluación oral hecha por esta novela y la felicitación que recibí por cumplir con las metas bajo su enseñanza.

Como yo quería estudiar medicina y recibí la mejor enseñanza de química orgánica de Héctor Pombo Hernandez, un docente bonachón, risueño, mamador de gallo, pero que sabia transmitir todo su conocimiento de manera ejemplar, le gustaba su labor, nos motivaba para cumplir dentro y fuera del laboratorio, sin duda dejo una huella por su saber en todos los liceístas de 6 bachillerato. Fue el director académico del "6 B", como lo certifica la siguiente foto del recuerdo:

Otro docente que nos dio filosofía fue Fidel Rivera, un profesor serio, que se reía poco, celoso del respeto que los alumnos le daban a su materia, comprometido para lograr que los dicentes captaran sus ideas filosóficas y cumplieran con los parámetros académicos que trazaba. Tuvo un alumno aventajado, mi compadre Jallil Callejas quien plasmo los dotes epistemológicos de manera fiel a sus intereses y por eso fue exaltado por los alumnos del Liceo. 

Dentro de las mujeres se destaca la profesora de inglés Drícela Melo Lacera quien con su sonrisa cautivadora ocultaba la seriedad al calificarte por no cumplir con las enseñanzas del inglés, me ayudo bastante por mis dificultades para al Bilingüismo, pero no se como hacia para que yo cumpliera al final del curso con las pruebas que ella realizaba. Tenia una frase muy particular cuando decía: “tienes uno en ese hueco”.  Fue la directora académica del "6 C" como lo certifica la siguiente foto del recuerdo:

Uno de los puntos fuerte del Liceo Moderno del Norte en cabeza de su director Ostilio Arcángel Granados Dadul era su compromiso con las artes lúdicas y los deportes, el cual impulsaba con mucho tesón y no escatimaba esfuerzo económico para cumplirlo, prueba de ello fue la adquisición de un profesor de teatro Alberto Cuartas Restrepo (1975-1979), un paisa con una sapiencia actoral reconocida a nivel nacional que nos enruto por los caminos de las tablas en varios escenarios como el parque Almendra Tropical en su concha acústica, el boulevard de Simón Bolívar, la Sociedad de Mejoras Publicas, Colegios de la ciudad, entre otros. Una obra que recuerdo mucho fue la de Antígona, la tragedia de Sófocles basada en el mito homónimo de la Antigua Grecia. La cual fue dirigida junto con el profesor Tomar Urueta, un actor de cine y teatro, músico, profesor de arte dramático, artesano, diseñador, entre muchos otros oficios del arte.  

Sin duda dentro de este mundo del teatro, uno que marco un hecho transcendental para los estudiantes del LIMON fue la asistencia en las instalaciones del colegio en un festival de teatro de Ronald Ayazo, actor Barranquillero quien había realizado una novela que causo un fuerte impacto en la audiencia del país, El Caballero de Rauzan en 1978, con la programadora RTI. También recuerdo junto con el compañero Danilo Peña, actualmente un coreógrafo reconocido en la ciudad, que nos llevó al Ballet de Gloria Peña para la realización de un musical teatral escrito por Mónica Gontovnik Hobrecht, el cual no culmine por ingresar a la carrera de medicina en 1979.  

Profesores como Wiston Frias, esposo de la profesora de primaria Rita Pombo, quien era un novato en la ciencia de la matemática cuando nos dio por primera vez, pero con una calidad para llegar a los alumnos y otro novato también, Juan Hernández en Comportamiento y salud, alegre y dedicado al desarrollo del programa académico como psicopedagogo de profesión, pero que también marcaron sus huellas en la memoria colectiva de la promoción de 1978.

Hoy, después de tanto tiempo, percibo que los aprendizajes guiados por docentes apasionados trascienden las aulas y el olvido. Las lecturas obligadas se convirtieron en refugios y las evaluaciones, en hitos de autodescubrimiento. Por eso, al evocar los nombres y las voces de quienes marcaron nuestra formación, siento gratitud y nostalgia; porque, en el fondo, cada lección y cada libro compartido siguen resonando en nuestra forma de comprender la vida.


4 comentarios:

  1. Guaoo ,me erizo excelente Dr Aguilar .Recordar con elogio a nuestros docentes personas maravillosas que nos brindaron todos sus saberes .

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  2. Dr. Aguilar. Mil gracias por llevarnos a remembrar aquellos bellos tiempos vividos en ese espacio formativo y pedagógico. Fue una promoción destacada. Gracias tambien por su mención. Lo felicito por este valioso aporte. Dr. Jalill Callejas. Psicólogo & Ciach con PNL

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