Quien iba pensar que un hijo de Condoto Choco, sería uno de los mejores hijos adoptivos de mi curramba la bella, un hombre de color, inteligente, sagaz para los negocios, que le dio todo a Barranquilla y mucho, pero mucho más a mi junior del alma, su equipo del alma. Fue un estandarte como narrador, comentarista y periodista deportivo a nivel nacional e internacional (transmitió desde los 5 continentes), su forma de narrar el futbol con una emoción desbordante se escuchaba en una voz en el Romelio Martínez desde 1965 y posteriormente en el metropolitano, con sus frases célebres, “a junior tienes que matarlo”, “Junior tu papa…”, “Junior que maravilla”, “Sigan siendo felices, Edgar les dice”, “Haber no escucho el corito celestial”. Esto quedo plasmado en la canción que le compuso a Barranquilla Diomedes Diaz, Regalo a Barranquilla en 1984: Que Dios del cielo me vea, Y me cuide para ver, El primer partido del Junior, El primer partido del Junior, Con todos los colombianos, En el Metropolitano, Narrándolo Edgar Perea, En el Metropolitano, Narrándolo Edgard Perea, En el Metropolitano, Narrándolo Edgard Perea...
Tuve
el placer de trabajar en la Emisora Mar Caribe Internacional en su dial 870
am, carrera 50 con calle 75 a comienzos del nuevo siglo por espacio de 6
meses con un magazín de Casa Natura (Laboratorio de Procaps de productos
naturales) los sábados por una hora, donde realizamos temas de medicina
holística con participación de los oyentes sobre diferente tópicos en salud en
mi calidad de Director Médico del laboratorio y disfruté el honor de coincidir
varias veces con el “Campeón” en los pasillos de la emisora y gozar de su
toque de humor y sarcasmo cuando le mencionaban algo malo del junior de
Barranquilla. Era un furibundo hincha del junior y no lo ocultaba en su famoso
programa “Comentando los Deportes”, el cual tenia una
audiencia monumental en Barranquilla y sus alrededores, eso era como él decía:
esta sintonía es un batazo que pica y se extiende en toda la costa, lo cual era
cierto porque su emisora tenía una difusión muy amplia en sus ondas hertzianas. Su voz era potente; la dicción, típica barranquillera. No
solo cantaba goles y narraba jugadas, Perea sabía narrar de todo. Era tal el
impacto que ocasionaba en sus oyentes que le permitió ser senador de la
republica bajo las toldas del partido liberal por un periodo de 4 años (fue la
3 mejor votación con 74 mil votos), su voz era de tal convencimiento, que
recuerdo un paciente de apellido Baldovino (QEPD), que estaba operando de
hernia umbilical con el doctor Gilberto Hernández (QEPD), en la Clínica
del Recreo y el hombre despertando de la anestesia, nos decía que si ya se
podía ir, eran como las 3 pm de un domingo, porque él tenía que ir a votar por
el Negro Perea para el senado de la república y ese era un compromiso, que no
le podía fallar. Escuchar la cortina musical del "bueno, el malo y el feo" todas las tardes era señal del inicio del programa
del campeón y deleitarse con los comentarios mordaz, calientes y picantudos en los
distintos tópicos deportivos del momento.
Edgar José Perea Arias no fue un hombre de una
sola profesión. Fue Mecánico industrial, boxeador, futbolista, senador
(1998-2002), candidato a la alcaldía de Barranquilla (2003), embajador en
Sudáfrica (2008-2011) y narrador de fútbol, boxeo, baloncesto, béisbol,
ciclismo (desde 1966), un fuera de serie. Practico boxeo, béisbol, basquetbol y futbol, menos ciclismo.
Edgar Perea, tuvo una infancia infeliz por la muerte prematura de su
madre a los 4 años de edad y sus precarias condiciones económicas de su familia
paterna y una juventud feliz, a pesar que fue expulsado de varios colegios, pero se graduó de bachillerato en la ciudad de Cartagena y era muy sagaz para sus conquistas amorosas. Termino mecánica industrial en Medellín y la ejerció por 2 años aproximadamente.
Marcos Moore amigo
de la infancia de Perea relata: Tomó la decisión de fugarse de la casa de su
tío para convertirse en un gamín. Dormía en la puerta de la iglesia o en
el mercado público con un grupo de jovencitos que eran habitantes de la calle.
Nos contaba las travesuras de cómo robaban la comida para sobrevivir»
«Édgar aprendió hablar inglés porque su
padre José Ángel y su madrastra la sanandresana, Rafaela Christopher, hablaban
perfectamente ese idioma y desde pequeño se lo enseñaron, esto fue fundamental para su éxitos en su futuro como narrador deportivo.
Édgar Perea Arias fue relator de muchos de los momentos deportivos más
gloriosos de Colombia desde distintas partes del mundo. Con un estilo
inigualable, sonido firme y descripción emocionante, conquistó la audiencia
nacional a través de sus transmisiones radiales. «Les voy a narrar como
les gusta a ustedes, al pie de la jugada, al lado de la bola, toque por toque». Acá se dice al pan, pan y al vino, vino y si no te gusta frótate árnica, solía decir ‘El Campeón’
Édgar Perea, poco a poco, se fue quedando en el imaginario de los colombianos. La gente se fue acostumbrando a su estilo, a su pasión, a sus críticas, porque fue un hombre controversial. Bastaba con sentarse a ver La Telepolémica, uno de los tantos programas de debate deportivos en los que participó, para comprobar el humor picante y el comentario crítico del narrador, al lado de Hernán Peláez, Oscar Rentería y Wbeimar Muñoz Ceballos, eran candente esos debates por televisión, los domingos y no me los perdía.
El mismo año que transmitió el campeonato conseguido de Pambelé ante Peppermint Frazer en Panamá, Perea fue testigo de otra hazaña del deporte colombiano: la primera medalla olímpica en 1972 de un barranquillero, pa mas piedra de la jauría cachaca. Se trató de la conseguida por el deportista de tiro Helmut Bellingrodt Wolff, quien obtuvo la presea de plata durante las Olimpiadas de Munich. Nuevamente consiguió la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984. Narró 7 copas del mundo, siendo la primera Argentina 1978. Transmitió 14 series mundiales de grandes ligas, entre ellas el "hit de oro dado" por el barranquillero Edgar Rentería con los Marlins de Miami en 1997, que gano la Serie Mundial.
Edgar Perea Arias 2015 decía: “Barranquilla la tengo en mi corazón. Es el único lugar donde quiero morir. Barranquilla es la ciudad que yo le debo absolutamente todo. El mejor homenaje que yo le puedo hacer a Barranquilla es morir en esa hermosa capital”. No cumplió su sueño porque murió en la fría nevera de Bogotá a los 81 años de edad.
Sus últimos deseos de que sus cenizas reposaran en
el Estadio Metropolitano "Roberto Meléndez" de Barranquilla se
cumplieron el 23/04/2016 en el partido Junior vs Boyacá Chico en cumplimiento de la fecha 14 de
la Liga Águila I, 2016.
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